Esta manía mía, de amarte, de amarte, Dicen que la luna es el
espejo de los enamorados… que en noches de luna llena se desnudan los sentimientos,
Solitaria Diosa, gloriosa ninfa que parió los
mares, ¿Cuantas veces bajo tu brillo, tu y yo hemos amado en silencio? ¡Oh!
Madre universal de espíritus soñadores y poetas enamorados, ¿Y quién no amo más allá de la razón? ¿Quién no amo más allá de los
años? ¿Cuantas veces bajo tu
luz soñaba conciliar un gran amor? ¿Cuantos luceros por siglos suspirando
gloriados en musa? Cúbreme siempre con su amor, dame sus rosas tiernas, con
aromas con esencias que me iluminen, para luego quedar con el sabor de la
desdicha en los labios quebrados saboreando el dolor….. que exhala el amor, como
pintar mis sentimientos sin el azul de su alma, sin el pincel de su mirada, sin
el lienzo de su piel, como escribir un poema sin la rima de su presencia, sin
las lágrimas de su alegría… sin la melodía de un arroyito que ondula recuerdos,
soy como hoja al viento que rastrea en la lluvia, la magia del brazo que fue su
isla, hoja en los cantaros sin agua, que solo recogen amor en silencio, extenuado
y sin alas con la sangre enmohecida y un gemido lastimero, esta manía mía de
recordarla con amor en cada pensamiento, a esa dama que con igual destreza borda
en la finas telas una rosa, que con la más sutil delicadeza compone la poesía más hermosa, fundiendo en
una rima deliciosa…… toda la candidez de su ternura, y con palabras llenas de
pureza, discreción y galanura, entrega en su poema la belleza de un amor en
silencio, que ella expresa con dulzura… con su nombre engarzado entre sus dedos y amándolo en sacro silencio… Alberto
Plaza